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Entrevistas
  

ENTREVISTA DE IAN CRAIG

Madrid, Enero de 1998

 

Traducción al español: Jorge Kleiman

 

I.-         Ian Craig: "¿Cuál ha sido su impresión de Hong-Kong hasta ahora?"

            Jorge Kleiman:  mis primeras impresiones son demasiado subjetivas como para ser tomadas en serio. Con todo, puedo decirle que mi principal interés reside en la gente nativa de cada lugar. Me gustaría y espero tener algún día algún tipo de contacto directo con ellos, sus costumbres, forma de vestir, artesanías y obras de arte, sistemas constructivos  y tener alguna idea de sus ceremonias y tipo de viviendas. En segundo término, la naturaleza del país -quiero decir los paisajes- son lo que requiere mi más apasionada atención.

 

II.-        I.C.:      "¿Obtiene Ud. inspiración artística de los lugares que visita?"

            J.K.:     Las impresiones de todo tipo que tiene un artista contribuyen a cierta clase de "terreno fértil" en su interior, que luego lo provee de imágenes, a través de un proceso de sublimación. Cuanto más fuertes sean esas impresiones, mayor será su influencia en la obra futura del artista.

 

III.-        I.C.:      "¿Piensa Ud. que el arte no surrealista es tan válido como el surrealista?"

            J.K.:     Naturalmente que sí. Lo que sucede es que el Surrealismo no es solo otra clase de Arte, sino también una investigación sobre la psicología humana. He invertido toda mi vida en la investigación de la Imagen Inconsciente, y la tarea no ha hecho más que comenzar.  Al lado de esto, otras líneas de trabajo en Arte son -para mí- más superficiales o meramente decorativas.

 

IV.-       I.C.:      "Hay algunos tipos de Arte que Ud. considere definitivamente sin validez?"

            J.K.:     Sí. Cuando un artista pone su trabajo al servicio de una ideología política, o usa su arte para publicidad, o trata a sus pinturas, esculturas, etc. solo como un camino para alcanzar fortuna o gloria personal, sus productos sufren una cierta clase de enfermedad, y se van a pique.

 

V.-        I.C.:      "Ha usado Ud. ocasionalmente algún tipo de droga para estimular su imaginación artística?"

            J.K.:     Nunca. Ni siquiera he tenido la curiosidad por probarlas alguna vez. Realmente pienso que nuestra vida interior es tan rica que no es necesario usar ningún tipo de estimulantes, ya sea alcohol, drogas, humos, etc. Por otra parte, yo no uso la "imaginación" para mi trabajo, mi herramienta casi exclusiva es el "automatismo", que me abre el camino del Mundo de lo Inconsciente.

 

VI.-       I.C.:      "¿Debe Ud. sentirse de alguna manera particular para ser capaz de pintar?"

            J.K.:     Sí. Tengo que estar tranquilo, económica, sexual y emocionalmente tranquilo. Si estoy presionado por la carencia de alguna de esas tres cosas, no puedo trabajar. Esa es la razón de la pequeña cantidad de trabajos que he realizado.

 

VII.-      I.C.:      "¿Hasta qué punto le interesa la reacción del público ante su trabajo?"

            J.K.:     La reacción de la gente es importante, pero no demasiado. Necesito su aprobación en cuanto a la posibilidad de venderles mis cuadros, pero no creo necesitar su estímulo para continuar mi trabajo.

 

VIII.-     I.C.:      "¿Qué piensa Ud. de la Crítica y de los críticos de Arte?"

            J.K.:     Sobre este punto, comparto exactamente la opinión de un crítico -Gregory Battcock- quien dijo que la Crítica de Arte no es más que otra clase de Literatura. Me encanta leer críticas de Arte del mismo modo que una buena historia, pero sin relacionarlas con las obras que originaron el discurso crítico. Si los críticos son escritores, artistas en su modo peculiar, gozo de la Crítica de Arte, pero no les reconozco otra clase de "autoridad", a pesar de que soy consciente de que arriesgo mi cabeza con esta opinión.
 

ENTREVISTA PARA LA REVISTA
“B-INTERNATIONAL” DE HONG-KONG

Mayo de 1998, pág. 98.

 Entrevistadora: SARAH DAGLISH.

Traducción al castellano: Jorge Kleiman.

JORGE KLEIMAN: - Le aseguro que el solo hecho de ser interrogado y tener que contestar mediante la Palabra me produce pánico. Por un lado, generalmente me expreso a través de la Imagen y el Color, y por otro, las preguntas que me plantea el público son tácitas, realizadas en el momento en que comienzan a observar mis cuadros: una vez más, Edipo consulta a la Esfinge.

            Habiendo establecido que me siento como un pez fuera del agua al otorgar una entrevista verbal, hay varias formas de encararla:

            1.-        Contestar natural y simplemente, contando la verdad (alguien dijo que uno puede decir cualquier cosa excepto la verdad, que mentir es condición del diálogo).
Esto resultaría de lo más soso, y nadie quedaría conforme.

            2.-        Contestar con una técnica delirante/divertida. Esta es una opción muy auto-complaciente; nadie - casi nadie- entendería lo que estoy tratando de decir ( o mejor dicho, lo que estoy tratando de ocultar), de modo que todos se quedarían con la impresión de que soy un maldito pedante.

            3.-        Negarse a contestar nada en absoluto. Esta es una variante bastante atractiva, pero no cambiaría el hecho de haber sido preguntado, y mi actitud sería considerada  -muy justamente- como una grosería. Sin duda que habrá personalidades drásticas y dramáticas que aman las actitudes irresponsables, que elegirían ésta como la mejor posibilidad, pero yo perdería amigos y la oportunidad de hacerme conocer un poco.

            4.-        Usar la técnica de Max Ernst: dejar pasar 3 ó 4 preguntas y luego contestar a la quinta con la respuesta correspondiente a la primera, produciendo un magnífico biribirloque imposible de sostener después de la séptima, o

            5.-        Dada la imposibilidad de acertar con la actitud adecuada, recurrir -como en todas las otras ocasiones- a la asociación libre, la cual (no lo olvidemos) es la técnica apropiada para un Surrealista, ya sea que se encuentre en Buenos Aires, Madrid, Cape Town o Hong-Kong.

 De modo que veamos las preguntas y respuestas: 

I.-         SARAH DAGLISH:       “¿Cuán a menudo pinta Ud.?”

Jorge Kleiman:           “Yo” es solo una marca, como un señalador indicando una página de un libro. “Yo” no pinto, soy pintado por mi Inconsciente siempre que siento su llamada, con un ritmo sospechosamente parecido al de la emisión de un “quantum” de energía.

II.-        S.D.:    “¿Cuánto tiempo le insume, término medio, completar una pintura?

            J.K.:     No lo sé, no terminé ninguna aún. Nuevamente, no soy “Yo” sino más bien el Tiempo el que tiene que terminarlas. Los cuadros que vemos hoy en día en los Museos son muy diferentes de lo que fueron cuando el pintor los dejó librados a su suerte.

III.-        S.D.:    “¿Ve Ud. cada uno de sus cuadros como una entidad separada o como una parte integrada a un todo?”

            J.K.:     Si existiese alguna “Entidad Separada”, sería más de lo que el espíritu humano podría soportar. Cada gesto, cada hoja, cada minuto que pasa forma parte de una gran corriente que no tiene límite por ahora. Si algún día todo mi trabajo pudiese verse reunido, algunos rasgos en común podrían indudablemente ser apreciados en la mayoría de ellos: ciertas inclinaciones de las formas, los radios de curvatura, un color en el ángulo de incidencia de los más contradictorios sentimientos. Tal vez el principio que los relaciona consiste precisamente en esta aceptación de lo contradictorio como el rasgo más específicamente humano. El Inconsciente no tiene lógica, y cada trabajo es una aventura del espíritu.

IV.-       S.D.:    “¿Está su pintura influenciada por sus raíces latinas?”

            J.K.:     Mis raíces latinas quedaron expuestas cuando, después de muchas violentas tormentas, el agua de lluvia lavó la tierra que había sostenido y alimentado el árbol de mi niñez. Para mí, el milagro de haber visto el “Hermes” de Praxíteles, en el Museo de Corinto fue suficiente para comprender que debía humildemente colocar mi silla de pintor y caballete en medio de esas raíces expuestas.

V.-        S.D.:    “¿Cuáles son las ventajas o desventajas de ser un pintor en Madrid?”

            J.K.:     Solo siento gratitud hacia Madrid y sus habitantes. He aprendido mucho aquí: la primera vez que visité el Museo del Prado ,  que ví el cielo de Madrid al atardecer o escuché el rugido de lo real en el discurso de esta ciudad, de este país y de sus gentes, me sentí curado, purificado, por una extraña forma de cirugía que extirpara lo que es superficial, trivial, melifluo.

VI.-       S.D.:    “¿Cuál es su impresión acerca del mercado del arte hoy?”

            J.K.:     Me gustaría saber dónde queda ese Mercado, así podría salir corriendo a echarle un vistazo. Me encantan los mercados y siempre que llego a una ciudad que no conozco, voy de inmediato a verlos. Allí es donde mejor se percibe la vitalidad de sus habitantes. Pero estoy seguro que Ud. se refiere a las ventas de cuadros: el hecho es que en el pasado los artistas gozaron -y sufrieron- el sistema de encargos, que venían de la Iglesia, la Nobleza, el Estado y luego la Burguesía. Hoy por hoy, ni el sistema de encargo social explícito, ni el tácito que tuvieron los Románticos, Simbolistas e Impresionistas, existe ya. Ante esto, la única respuesta posible es el “sálvese quien pueda”, o mejor aún, “MAYDAY”, que como Ud. sabe no tiene nada que ver con un día de Mayo, sino que viene del francés “M’aider”

VII.-      S.D.:    “¿Encuentra Ud. que su arte se vende especialmente bien en ciertos países?”

            J.K.:     Llevaría muchísimo tiempo nombrarlos a todos, pero soy especialmente requerido en Mongo, en el planeta Krypton -la familia de Superman es uno de mis principales clientes-, en Lichtenstein, Andorra, San Remo, Bophutatswana, Bahrein y Guadalupe. ¡Ah! y por cierto, me estaba olvidando de la Isla de Malta.

VIII.-     S.D.:    “ ¿Considera Ud. el arte como una inversión?”

            J.K.:     He invertido toda mi vida, mi tiempo y mi dinero en la producción de arte, pero no sé si eso es bueno para un judío. Con todo, supongo que está Ud. refiriéndose a si la compra de arte es o no lucrativa para el público. Creo que técnicamente hablando ninguna inversión ha resultado mejor, especialmente la realizada en los impresionistas, cubistas, surrealistas, etc. Pero hay que hacer un importante desembolso inicial, comprar casi toda la obra de un artista dado y saber cómo manejar el mercado, regular los precios, la demanda, recomprar todo lo que vuelva a salir a la venta. Con mucha paciencia y dinero, es el mejor negocio que hay, así que. No se puede ser naïve en el mundo de los negocios. El caso del que compra por placer es diferente: para él, un beso en la frente, o donde seaAkhen.

IX.-       S.D.:    “¿Quién (o qué) ha sido la principal inspiración / influencia en su arte?”

            J.K.:     Sin duda mi principal inspiración es la Biología. Intento que los cuadros me “crezcan”, más que crearlos. No creo que ninguna contribución intelectual al mundo haya alcanzado la perfección de un huevo de gallina, que además una gallina lo pone con el culo. En segundo lugar, el Psicoanálisis, y en tercero, Wilhelm Reich y Fedora Aberastury.

X.-        S.D.:    “¿Podría detallar un poco cómo elige un médium?”

            J.K.:     En esta área, como en todas las otras, el “Yo” no elige el médium, más bien es elegido por el mundo de imágenes que pugna por salir, por revelarse, por las emociones que contiene. Dicho esto, estoy especialmente inclinado a dibujar con carbón y pintar al óleo, y me gusta mi amigo el pastel porque es el único médium que puede ser usado para pintar-dibujando y dibujar-pintando, o dibujar-dibujando y pintar-pintando.

XI.-       S.D.:    “¿Es el color importante para Ud.?”

            J.K.:     Generalmente, a través de la Historia de la Pintura, el contorno y el claroscuro formaron la base de la Imagen, luego el color se agregaba meramente como elemento seductor. Rembrandt en sus últimos años y su directo heredero Van Gogh cambiaron esa situación usando el color estructuralmente: así comenzó la era en que el color genera la imagen, desarrollando su propio código, sus leyes internas, el conocimiento que debemos a Newton, Goethe, Chevreul, Itten, etc. Me identifico con esta escuela, por cierto que guardando las distancias.

            XII.-      S.D.:    “¿Qué lo lleva a pintar algo en concreto?”

                        J.K.:     Mi sed por descubrir, la conquista de nuevos espacios interiores, el deseo de encontrar qué es lo que hay del otro lado del río, o qué es lo que se ve desde lo alto de una montaña, o qué se esconde en un bosque o una cueva, qué misteriosa vida se halla oculta bajo una piedra en el mundo del Inconsciente. 

            XIII.-     S.D.:    “¿Estuvo Ud. siempre fascinado por el Surrealismo y el funcionamiento de la mente?”

                        J.K.:     Incuestionablemente, entre las joyas que la civilización ha descubierto, estas dos, Psicoanálisis y Surrealismo (la segunda, hija favorita de la primera, la que me convirtió en artista) son las que, con su extraña aproximación al Abismo, me atrajeron de la misma manera en que uno se asoma a un precipicio “sin un  maldito paracaídas”.

            XIV.-     S.D.:    “¿Cómo (si fuera el caso) su preparación como arquitecto y su actual práctica de gimnasia han contribuido a su pintura? ¿Puede Ud. explicar brevemente qué tipo de gimnasia practica Ud.?”

                        J.K.:     a) dentro de su complejidad, un ser humano es un todo. Estudiar y trabajar como arquitecto han contribuido a determinar la manera en que estructuro y sitúo las formas en la pintura, mi manera de vestir, de moverme y de lavarme los dientes. He notado también que tengo un particular, diríamos “espacial”, sistema de dar mis clases de gimnasia, usando orden, ritmo, modulación y funcionalidad, lo cual indudablemente es una herencia de mi educación arquitectónica.

                                   b) La clase de gimnasia que practico se basa en la investigación de la “Energía hecha Cuerpo”: cómo esa energía está distribuida, cómo puede dirigirse, y los efectos que produce cuando aprendemos a manejarla. Gracias principalmente al Tai-Chi-Chuan, al gran pianista Claudio Arrau y a su discípula Fedora Aberastury, grandes avances se han hecho en técnicas destinadas a recargar y controlar la Energía interna del organismo. Se usan dos principios complementarios: la “Relajación Activa” y la “Fuerza de la Conciencia”. La primera es una suerte de liberación, permitiendo que el movimiento fluya sin estorbos, sin frenarse en las articulaciones, que son lugares de cruce y potencialmente barreras; la segunda consiste en llevar el pensamiento a situarse en puntos específicos de nuestro organismo que se convierten así en Centros o núcleos de energía que regulan y organizan cualquier expresión dinámica, a manera de polos magnéticos.

XV.-     S.D.:    “¿Cuál es su mayor desafío como pintor?”

            J.K.:     Aprender a escuchar la “Voz Interior”, poniéndome a su disposición sin prejuicios estéticos, morales ni de ninguna otra clase, y sin interferencias de mi propio deseo o ambiciones personales. No hay frases más dañinas para un pintor, para cualquier artista, que las que comienzan con “Yo quieroAkhen”, “Yo intentoAkhen”.

XVI.-     S.D.:    “Qué es lo que Ud. siente que debe lograr?”

            J.K.:     La Historia del Arte de la segunda mitad del Siglo XX debe ser re-escrita. Esta afirmación inevitablemente suena pedante y arrogante, pero es que ha sucedido que después del final de la Segunda Guerra Mundial, desde el Informalismo en adelante, se favorecieron formas de expresión más superficiales y, finalmente, más decorativas de las que las precedieron. Las componentes sensibles del arte crecieron de forma desproporcionada a costa de los aspectos conceptuales y energéticos. Siento que el gran arte solo puede salir del adecuado equilibrio entre esos tres ejes: el sensible, el conceptual y el energético. Espero que este equilibrio crezca en mi trabajo, dentro de mis limitaciones personales.

XVII.-    S.D.:    “¿Podría Ud. describir sus tres trabajos “PADRE QUE VES EN LO SECRETO”,” LA MULTITUD DE SUS SACRIFICIOS” y “CABEZA  DE JUAN EL BAUTISTA”?”

            J.K.:     Los tres comenzaron de la misma manera: situando nueve puntos sobre el papel, que corresponden a los polos magnéticos o núcleos del cuerpo humano en el área del torso: los ojos, narinas, oídos, boca y pezonesAkhen.Desde allí, la mano fue liberada y se dejó fluir la dinámica automática hasta que las formas, volúmenes y elementos (aire, fuego carneAkhen) y las emociones (Serenidad, Misticismo, LeyAkhen) se hicieron patentes. Los colores responden a un código que las imágenes generan por sí mismas: azul arriba y detrás, amarillo y verde en la media distancia, rojo y castaño en el área inferior y más cercanaAkhen.

XVIII.-   S.D.:    “Identifique las cualidades por las que espera que su pintura sea apreciada”.

            J.K.:     Me considero un pintor “primitivo”, como aquellos del Siglo XIII y XIV en Europa. Pienso que la huella que el Surrealismo abrió para el arte a través de su principal instrumento, que es el Automatismo o Asociación Libre, solo ha comenzado a ser explorado. Me gustaría muchísimo ser recordado algún día como una especie de adelantado, un explorador, cuyo trabajo estaba lleno de ingenuidad, incluso torpeza, pero necesario para los que vinieron después.

XIX.-     S.D.:    “¿Es “dejar una huella en la arena” el motivo que siempre lo ha estimulado a seguir pintando?”

            J.K.:     El Tiempo es mi peor enemigo. El segundo es la Ley de GravedadAkhen.Ambos siempre gananAkhen.De ahí mi melancolía y mi prisa. La angustia existencial solo puede ser aliviada por la creación de fetiches (obras de arte) que -a manera de tótems- nos protejan, aunque solo sea en el campo de la fantasía, en la lucha, eternamente perdida y eternamente renovada, contra estos dos monstruos: el Tiempo y la GravedadAkhen.

PREGUNTAS PERSONALES

1)                 S.D.:    “¿Cuál es su idea de la felicidad perfecta?”

J.K.:     No podemos esperar que nada sea perfecto. Con todo un café con leche y una baguette con mantequilla por la mañana no es una mala aproximación, y si se toman en una terraza mirando al mar, mejor aúnAkhen.

2)                 S.D.:    “¿Porqué hace Ud. lo que hace?”

            J.K.:     Cuando se. encuentra un sendero en la montaña, se lo sigue. El problema es si tomarlo hacia la izquierda o la derecha. Generalmente elijo la primera opción.

3)         S.D.:    “¿Cuál es su mayor temor?”

            J.K.:     Le temo al fuego.

4)          S.D.:    “¿Cuál es su artista favorito?”

            J.K.:     Masaccio entre los clásicos, Picasso entre los egipcios (in memoriam Douanier Rousseau).

5)          S.D.:    “¿Qué libro está Ud. leyendo ahora?”

            J.K.:     Las “Memorias” del Duque de Saint Simon.

6)          S.D.:    “¿Cuál es su forma de viajar favorita?”

            J.K.:     Me encanta viajar en tren, cuanto más lejos mejor. Algún día espero ir de Madrid a Hong-Kong en tren.

7)         S.D.:    “¿Cuál sería su destino de viaje favorito?”

            J.K.:     Me gustaría visitar Angkor, en Camboya.

8)          S.D.:    “¿Qué es lo primero que hace por la mañana?”

            J.K.:     Encender la radio y mirar si es un día soleado.

9)          S.D.:    “¿Tiene Ud. un edificio favorito?”

            J.K.:     No puedo decidirme entre el Palacio Imperial de Katsura en Japón, y la casa Darwin D. Martin de Frank Lloyd Wright en los Estados Unidos de Norte América, que son bastante parecidos, por otra parte.       

10)       S.D.:     “¿Tiene Ud. un cuarto favorito en su casa?”

            J.K.:     Mi estudio, sin duda.

11)       S.D.:     “¿Cuál es su objeto preferido en su casa?”

            J.K.:     Un cuadro que pinté en 1968 y que colgó por mucho años sobre el hogar en mi casa de Martínez, en Argentina.

12)       S.D.:     “¿Qué objetos lleva Ud. siempre consigo?”

            J.K.:     Mi carnet de identidad, el cepillo de dientes, las gafas y los calzoncillos.

13)       S.D.:     “¿Cuándo y dónde fue su momento más feliz?”

            J.K.:     Cuando nacieron mis hijas, en Buenos Aires.

14)       S.D.:     “¿Cuál piensa Ud. que será el cambio que más influencia tendrá en nuestra forma de vida en los próximos 5 años?”

            J.K.:     Comenzar a usar exclusivamente energías renovables.

15)       S.D.:     “¿Algo que lamentar?”

            J.K.:     Todas las ocasiones en que no pude evitar hacer sufrir a alguien.

16)      S.D.:      “¿Cómo se relaja Ud.?”

            J.K.:     Leyendo libros de Historia.

 

REPORTAJE PARA LA REVISTA "ESTIMULO"
Setiembre 2006 - Entrevistado por Alberto J. Rotenberg

"Los Cuadros Hablan"
Los catálogos estaban allí, sobre la mesa. Mientras nos presentábamos, comencé a hojearlos. Enciendo el grabador.

Como dicen los chicos, me quedé tildado con las palabras que escribió en el catálogo de una muestra que realizó en el año '76 en la galería Ruth Benzacan "Nació en 1934 o mucho antes. Sus antepasados hablaban con el Creador, mientras los demás rezaban a un cordero. Heredó de su madre la buena vista, y de su padre un odio sin razónAkhen.". Me sorprende el estilo desestructurado para referirse a sí mismo, hablando en tercera persona.
Para los pocos textos que he escrito uso el mismo método de trabajo que en la pintura: el automatismo. Dejo salir las cosas por asociación libre, sin tener nada preconcebido, ni preparado, ni estructurado de antemano. Entonces salen cosas poéticas, a veces curiosísimas y otras nada, hay que estar preparado para todo.

¿Está bien que uno hable o pinte lo que le sale?
Depende en que circunstancias y en que ámbito. En otros ámbitos uno tiene que pensar muy bien lo que dice; en el ámbito poético uno puede permitirse todas las libertades, al igual que en la pintura.

Además, cada palabra, cada frase implica una definición; decir que sus antepasados hablaban con el Creador y los demás le rezaban a un cordero, es una frase muy jugada para el año 1976.
Creo que fue así, creo que dentro de los movimientos religiosos que salieron de Akhen Aton, evidentemente el primero que tuvo la idea de un dios único fue el judaismo, en su tiempo la religión judía fue una avanzada. Te advierto que yo no soy creyente, pero respeto mucho al judaismo, al cristianismo, no así al catolicismo.

¿De dónde me dijo que salieron las religiones?
De Akhen-Aton, fue el faraón que cambió el culto de Amón; el dios no era el sol, sino el disco solar, la geometría del círculo. Fue el primero que implantó la idea del dios único y abstracto, indefinible, como una idea circular, como el símbolo de la perfección. La religión judía deriva del culto de Aton, fue el primero que tuvo la idea del dios único.

Sin embargo la Biblia comienza con Adán, el primer hombre, no comienza con los egipcios.
El primer hombre era una cosa tan parecida a un mono, que no creo que haya pensado mucho, ni que tenga gran peso en la historia de la civilización.

Abraham, el primer patriarca, fue anterior a los egipcios; fue el primero que tuvo contacto con el Creador.
No creo; Israel salió de Egipto, casi simultáneamente con el culto de Aton, creo que fue en la misma época.

¿Por qué dice que heredó de su papá el odio sin razón?
Es muy difícil preguntar frente a una poesía los por qué, lo único que podría es contestarte de una forma tan automática como cuando lo escribí: mi padre era un hombre resentido con la vida, como si alguien le hubiera prometido algo. Nadie te promete nada, hay gente que le va mejor, a otros regular, y a otros peor, pero eso no te da argumento para sentirte resentido con la gente, con los demás y con el mundo, hay que aguantarse las cosas como vienen, porque en gran medida somos sujetos del azar. El azar interviene en un 50% de nuestra vida, y no tomamos eso suficientemente en cuenta. Sin que yo tenga ninguna vocación didáctica, la vida siempre me ha puesto en el lugar de tener que dar clase, y a mis alumnos les digo que se relajen, porque no todo depende de ellos. La preparación que uno pueda tener, bienvenida sea, pero muchas veces una persona muy preparada ve pasar por el costado, a mayor velocidad, a una persona mucho menos preparada, pero favorecida por circunstancias azarosas. El azar interviene tanto o más que la voluntad, el estudio, el trabajo.

Si le otorgamos al azar un factor determinante en lo que le pasa a cada uno, quizá estamos mermando un poco la fuerza a la responsabilidad que cada uno tiene en cuanto a su conducta y a las cosas que le pasan.
Es que creo que realmente es así, pienso que es inútil estar demasiado tenso o sentirse demasiado responsable por las cosas de uno y de la gente que lo rodea, porque la mitad depende del azar. Ese es un pensamiento que me ha relajado bastante, un cierto grado de fatalismo, se hace lo que se puede, pero hay cosas que se escapan de la posibilidad de manejo.

¿Cuándo empezó a pintar?
Yo tenía doce años, cuando mi hermano, que es seis años mayor que yo, compró un libro de Van Gogh y lo llevó a casa. Fue la primera manifestación cultural que llegó a mi casa, porque mi padre no se interesaba ni por la música, ni por la literatura, ni por la pintura. Vivíamos en Entre Ríos, en Concepción de Uruguay, un pueblo muy bonito. Mi padre fue maestro, luego dejó y entró a trabajar en una casa de acopiadores de cereales; luego se fue haciendo él mismo acopiador de cereales con un hermano.

¿Eran inmigrantes?
Mis abuelos eran inmigrantes, mis padres y mis tíos por parle de mis abuelos paternos eran todos argentinos, del lado materno tuve tíos que habían nacido en Rusia, mi apellido materno es Cosarinsky.

¿Cuándo vino su familia a Buenos Aires?
Mi padre se vino en el año 1939, porque decidieron con su hermano David, que era el socio, que David se quedara en Entre Ríos y mi padre viniera a Buenos Aires, tratando de dar más vuelo a los negocios. Yo tenía cuatro años.

¿Qué pasó con el libro de Van Gogh?
Lo leí con mucho interés. Siempre pasaba lo mismo: mi hermano iniciaba una actividad, por ejemplo interés por la fotografía, al poco tiempo se aburría y lo dejaba, entonces lo seguía yo; mi hermano se interesó por la pintura, al poco tiempo se aburrió y lo dejó, pero en mí caló hondo.

No solamente se pasaban la ropa, sino también las inquietudes.
Lo que él veía y hablaba, en mí quedaba plantado como una semilla. El iba pasando por los temas mucho más superficialmente, y lo mismo fue con los amigos: hoy en día tengo amigos, que en realidad empezaron siendo de él.

Bueno, le tiene que agradecer a su hermano gran parte de lo que es.
Muchísimo, ha sido una figura muy importante para mí.

Lo esta tomando como referencia, quizá más que a su padre.
Si, con mi padre tuve una relación bastante difícil, conflictiva; recuerdo cosas muy lindas también, cuando me compró mi primer traje, cuando me enseñó a andar en bicicleta o a conducir un coche. Pero yo sentía que no satisfacía las expectativas de él, y de alguna manera era justo que quisiera tener un hijo diferente.

Tal vez porque Ud. se dedicó a la pintura, y el quería que fuera profesional, como se estilaba en aquella época.
Yo le hice caso, me recibí de arquitecto y trabajé muchísimos años, pero mi verdadera vocación siempre fue la pintura. Amo la arquitectura, lo que hice como arquitecto salió publicado en diarios y revistas, fue una trayectoria relativamente breve pero exitosa, pero mi vocación estaba en la pintura, y tarde o temprano se impuso. He llegado felizmente a esta altura de mi vida de poder dedicarme sólo a la pintura, pero he hecho muchas cosas, he vivido en Europa -dieciocho años en España, y trabajé de lo que pude.

¿Cuándo se fue a España?
En el '87. En el '86 ya me había separado de mi esposa, y me volví a encontrar con una mujer, a la que conocía muy superficialmente, una pintora argentina que vivía en España, Olga Billoir. Yo estaba casado con una arquitecto y artista que se llama Norma Muchnik, cuyo apelativo es Tesso, de la que nos separamos en el '84. A Olga la había conocido superficialmente en una exposición suya de pintura, pero no habíamos tenido ningún trato. En el '86 nos encontramos por casualidad en un restaurante, empezamos a hablar, nos enrollamos -como se dice en España-, y decidimos que ella venía para acá o yo iba para allá. Era mucho más fácil que yo viajara.

¿Tuvo hijos?
Con Tesso, sí, tuve dos hijas, una vive en Alemania y la otra vive en Hong Kong.

Menos mal que tiene internet.
Sí, sino la cuenta de teléfono sería espantosa.

¿Y con la segunda?
No, cuando me fui a España tenía 54 años.

Su trayectoria con la pintura arranca de más joven.
Desde los 12 años, pero hubo un período que interrumpí cuando me metí a fondo en la arquitectura, entre el año '57 y el '72, prácticamente lo único que pinté fue un cuadro que tengo en casa.

En otra parle del catálogo, dice "Estuvo ciego varios años. Lo vieron pasar, el rostro contraído por la angustia, la espalda encorvada, el aliento de hienaAkhen.".
Estaba ciego mientras me dedicaba solamente a la arquitectura, y lo que quería era pintar, pero no lo veía ni tenía la posibilidad de hacerlo; con mujer y dos hijos, era perentorio ganarme la vida. Se suponía que era más fácil ganarse la vida como arquitecto que como pintor, lo que es muy discutible.

¿Cuándo se volcó de lleno a la pintura?
En el '72 ó '73 volví de a poco, en el '76 hice mi primera exposición individual en Ruth Benzacar. Ella fue una persona muy importante en mi vida, porque cuando vino por primera vez a mi taller, traída por una cuñada mía, le gustaron muchos mis obras, y me invitó a exponer. Trajo a Romero Brest al estudio para que le confirme la idea de que valía la pena, y Romero le dijo que sí, que era un pintor interesante. Hizo una exposición muy grande, inaugurando la casa que Ruth Benzacar tenía en la calle Talcahuano, o sea que la primera exposición fue mi trabajo. Luego volví a exponer con Ruth en el '80, en la misma casa, luego en el '84, pero ya en la nueva galería en la calle Florida, en conjunto con Libero Badii.

Después se fue a España y volvió.
Volví hace un año, estuve dieciocho años en España.

En su curriculum no observo participación en premios o salones.
No mando.

¿Por qué?
Los surrealistas pensamos que el arte es demasiado serio como para jugar a la competencia con él, no se debe competir con una obra de arte. Siempre pienso, cuando se toca este tema, que en el año 1506, coincidían en Roma, Leonardo, Miguel Ángel y Rafael. Guardando todas las distancias del mundo, ¿a quién le hubieran dado el premio? Es una grosería, no hay que competir con la obra de arte, cada artista tiene su mundo y es importante en él, y de ninguna manera es comparable la obra de uno con la de otro, no se puede decir quién es mejor y peor. Toda aquella persona que toma un pincel y una tela, una pluma para escribir, un piano para componer, para mí es respetable, tiene algo dentro que quiere salir. Entonces lo demás es aleatorio, llegar más lejos o no tan lejos con el trabajo de uno, ya depende de muchos factores, en gran medida, como te decía antes, azarosos. Los mundos están dentro de cada uno, lo único que se pone es la mano y el propio ser para traducir, de ninguna manera se trata de una creación. Esos mundos vienen del pasado, de las vivencias, pero también de la cadena enorme de antepasados que han permitido la existencia de uno, de las circunstancias y de los propios acondicionamientos energéticos internos que son herencia de todo lo que se ha vivido. La herencia genética no es solamente física, no son solamente los rasgos físicos, la composición de la sangre o el ADN, sino que se extiende también a factores psicológicos y culturales. Los seres humanos son de una riqueza absolutamente infinita, somos la sección actual de una larguísima cadena que llega a lodos los antepasados y fenómenos que se han ido produciendo para permitir que ese ser humano esté sentado adelante tuyo. Uno lleva una carga inmensa y mediante determinadas técnicas como son la asociación libre en lo verbal, y el automatismo en lo gráfico y pictórico; se puede llegar a tener algunos vislumbres, plasmar algunas escenas o imágenes de lo que se lleva adentro, de lo que a uno lo forma.

¿Con quién se formó artísticamente?
Me formé con Picasso, Max Ernst, Marc Chagall, Miró, Baltle Planas, en cuyo estudio trabajé cuatro años, ¡unto con Aizemberg, Julio Silva, y muchos otros pintores. Me formé con mi primer psicoanalista, que fue fundamental para mí, Elias Jarast, una personalidad realmente fantástica que me enseñó muchísimo; con el segundo, Jaime Szpilka, y con el último también, tengo muchísimos años de psicoanálisis, y lo considero una formación fundamental para un ser humano, que te hace tomar contacto con niveles y sustancias psicológicas que se llevan adentro, de las que si no fuera a través del psicoanálisis es muy difícil llegar a tomar conciencia.

¿La mujer con la cual se casó lo acompaña en actividad artística?
Con la segunda no nos casamos nunca, convivimos siete años, luego nos separamos; la relación tenía algunos problemas, defectos que se fueron agrandando, y nos separamos. Dos años después de separados ella se enfermó y lamentablemente falleció, así que Olga ya no existe. Con las mujeres que he tenido después no he querido convivir más.

¿Hace mucho que falleció?
Hace seis o siete años, en Madrid. Viví allí cinco años más en Madrid, y tuve otras compañeras, con una de las cuales todavía estoy. Así que a partir de que mi hermano compró el libro de Van Gogh, fui un día a la pinturería Leidi, me compré un caballete -que es aquel que está ahí arrimado a la pared-, tela y pinceles. Me acuerdo que me encerré en el baño a pintar, porque no quería ensuciar el piso en casa de mi madre; también pintaba en el balcón. El primer cuadro que pinté en mi vida fue una maceta con una planta de azucenas que había florecido, hoy en día lamento mucho haberlo destruido, era bueno. Desde entonces pinto, salvo cuando paré entre el año '58 y el '72 que me dedique a la arquitectura intensivamente, y a criar a mis hijas.

¿Hace cuánto que no ve a sus hijas?
A la mayor que vive en Alemania la vi de paso, cuando me venía definitivamente a la Argentina, tomé un vuelo que hacía Madrid - Frankfurt, Frankfurt - Buenos Aires, y como ella vive cerca de Frankfurt, pasé el día con ella; llegué temprano a la mañana y tomé el vuelo de la noche a Buenos Aires. A la otra la veo porque trabaja en una gran cadena de hoteles, y la hacen viajar constantemente, y de vez en cuando viene a Buenos Aires. Un par de veces fui a Hong Kong a visitarla, y en uno de esos viajes me invitaron a Camboya. Los viajes también me formaron mucho.

¿Conoce a sus coleccionistas?
No, conocí a algunos, muy pocos, pero no he tenido trato con ellos. No es que haya tenido un coleccionista que me siga y me haya comprado una cantidad de obras, se han ido vendiendo cosas sueltas. Ruth Benzacar me ha vendido mucho, pero eran otras épocas. Lamentablemente tengo que decir que la época en que más vendí fue la más terrible del país, durante el proceso militar. Algo muy curioso: la primer exposición la hice en el '76, la otra en el '80 y la última en el '84. Fue mi gran época de pintura en la Argentina antes de irme a España.

No hizo tantas exposiciones.
No, una cada cuatro años.

¿Se siente reconocido?
Sí, me sorprendió que a la vuelta al país mucha gente se acordaba de mi, más de lo que hubiera supuesto. Además he tenido la gran suerte de que Ricardo Coppa estimara mi trabajo, y con una generosidad extra ordinaria me diera un lugar estupendo en su galería, y el 4 de octubre inauguro mi primera individual. En España, hice tres exposiciones individuales en dieciocho años, muy grandes, con mucha obra, y me fue bien, vendí y tuve buenos comentariosde la crítica, lo que pasa es que en España no podía pensar en vivir de la pintura, porque trabajo muy lentamente.

¿De qué vive?
Depende, antes de irme trabajaba como arquitecto, en España algo hice pero curiosamente di clases durante ocho años en una academia de informática, de un programa que se llama Autocad, para diseño mecánico y arquitectónico para dibujo; cuando eso se terminó por razones de política interna de la empresa, empecé a dar clases de movimiento y expresión corporal en una escuela de teatro.

Se puede decir que usted es multifuncion*
La vida me obligo, tenía que hacerlo; como he hecho gimnasia toda mi vida, y me ha interesado mucho la danza, daba clases medio día, y medio día dedicada a la pintura. Todo lo que vos veas mío de pintura está hecho en medio día de trabajo, el otro medio día estaba dedicado a ganarme la vida.

Por eso iba tan lento.
Además son obras muy laboriosas, muy elaboradas. Por debajo de la capa de pintura que ves hay mucho trabajo, muchas otras capas de pintura, hasta que me doy cuenta qué es lo que el cuadro quiere y me pide; como decía Lacan, hay que tener oreja para entender lo que el paciente te va diciendo, y hay que tener oreja y ojo para ver lo que el cuadro te esta pidiendo. Los cuadros te hablan, te van diciendo "esto no, esto si, ve por acá, no vayas por allá", se siente de una forma muy clara, muy manifiesta, y es uno el que embarra todo con el deseo. Cuando uno pinta con el automatismo tiene que dejar su deseo de lado, toda imagen previa, lo que te gusta y lo que no te gusta, y ver lo que el cuadro te pide. Hay que escuchar el deseo del cuadro, no el del pintor.

¿Cuál es su máxima aspiración como artista?
Llegar lo más lejos posible en la investigación de la imagen inconciente. El inconciente, decía Lacan, esta articulado como un lenguaje, con las mismas reglas y leyes, con sintagmas, que es el desarrollo en horizontal, y con sistemas, que es el desarrollo vertical del discurso. Aparte de estar el inconciente articulado como un lenguaje, está compuesto por imágenes mucho más 'que por palabras. Yo no excluyo la palabra, a veces soñamos con ellas, pero normalmente soñamos con imágenes, y creo que los psicoanalistas todavía no le han dado a ellas el lugar que le corresponde.